La salud mental en el contexto laboral se define como el estado de bienestar del empleado que le permite tomar conciencia de sus capacidades y aptitudes, mejorar su productividad, manejar el estrés y equilibrar su trabajo con su vida personal.
Todos los trabajadores tienen derecho a un entorno seguro y sano, sin embargo aún muchas empresas presentan factores de riesgo psicosocial que afectan negativamente a su fuerza laboral. Entre dichos factores se encuentran:
Jornadas laborales excesivas
Sobrecarga de trabajo
Acoso o intimidación
Ausencia de comunicación entre la empresa y el colaborador
Roles laborales ambiguos
Miedo constante a ser despedido
Una cultura organizacional deficiente que aumenta los factores de riesgo psicosocial propicia el deterioro progresivo de la salud del trabajador, lo que se refleja en afectaciones como la depresión, ansiedad, trastornos musculares e incremento de enfermedades cardiovasculares. Asimismo, los factores de riesgo psicosocial afectan de manera directa a las empresas, ya que generan colaboradores desmotivados que buscarán cumplir con el mínimo esfuerzo requerido, generando una importante fuga de capital.
Para evitar esto, se recomienda que los empleadores fortalezcan el liderazgo y compromiso con la salud mental, establezcan presupuestos específicos para crear programas internos de reducción de riesgos psicosociales, propicien la participación de los empleados en la toma de decisiones y armonicen las leyes y reglamentos laborales con instrumentos internacionales de derechos humanos.
La protección y promoción de la salud mental en en el trabajo requiere el fortalecimiento de medidas encaminadas a proporcionar a los colaboradores un sentido de confianza y logro, así como una oportunidad para relacionarse positivamente con su trabajo e incluirse satisfactoriamente en el entorno laboral.
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